Los cambios en usos y costumbres; la falta de tiempo y las grandes distancias; los adelantos de las nuevas tecnologías de información y comunicación (TIC), sumados a la necesaria evolución de los conceptos pedagógicos.....
son aspectos de un escenario muy discutido: ¿es positivo o negativo el uso de las nuevas tecnologías para el proceso educativo?
Mientras se desarrolla este interminable debate, permitámonos -además de participar activamente en él- no desperdiciar un minuto más y utilizar estas formidables herramientas que son las Nuevas Tecnologías de la Comunicación.
Como toda herramienta, serán "buenas" en la medida en que les demos un uso correcto.
Especialmente para nuestros pueblos latinoamericanos, la construcción de una sociedad más justa no pasa por "comprar" los ideales del Mercado y convertirnos en "usuarios" o "consumidores" de lo que el "sistema" necesita vendernos.
La caída de la economía argentina da cuenta acabadamente de la imposibilidad de justicia en el marco de un sistema de "libre mercado", que de libre tiene solo el nombre.
En nuestras sociedades sin justicia y desarrollo, la búsqueda de espacios participativos y la generación de movimientos solidarios nos darán el marco necesario para encontrar un buen uso -el mejor- a las nuevas tecnologías.
Por otro lado, en lo individual, las urgencias de nuestras actividades, las zozobras de nuestras economías y la imposibilidad de acceder a una capacitación permanente en nuestras profesiones, generan malestar.
Hasta hace muy poco tiempo, existían pocas posibilidades de seguir un Curso de capacitación a Distancia, los que generalmente se desarrollaban a través del correo tradicional.
Era costoso, por lo extenso y por la cantidad de papeles que se debían mover. Pero fundamentalmente, este tipo de actualización tenía dos problemas: no existía una dimensión de lo grupal ni la relación necesaria y espontánea docente-alumno.
Con la evolución de las nuevas tecnologías (correo electrónico, sistemas de foros y chats) estas problemásticas perdieron entidad.
Ya prácticamente no existen las diferencias entre un sistema de formación presencial y uno no presencial.
Como afirmó Jan Visser, de la Cátedra UNESCO de educación a distancia, "dado que el aprendizaje es más que la adquisición de conocimientos, ya que es un proceso que compromete a los actores y tiene dimensión social, no es relevante la discusión de si el aprendizaje es o no presencial".
Por su lado, el investigador Juan Carlos Tedesco señaló una tendencia "a desdibujar la separación entre educación presencial y a distancia, en cuanto ofertas pedagógicas, pues esta diferenciación responde a códigos del pasado. La dimensión grupal (tradicionalmente ausente en educación a distancia) está cada vez más presente en la educación a distancia; y la educación presencial no será buena en la medida en que ignore a las personas alejadas de los centros de formación".
Asímismo, Paul Kirschner (profesor de la Open University de Holanda) expuso que: "nos hallamos ante la tercera generación de proyectos de educación a distancia. La primera estaba centrada en el docente y consistía en el envío de textos; la segunda producía en masa textos especializados. La tercera generación se basa en la flexibilidad de nuevos modos de comunicación y de información, es individual y rápida, está dirigida en función de las demandas, se centra en la posibilidad de resolver problemas reales, es cooperativa y genera colaboración en el proceso de aprendizaje".
De hecho, en todo proceso educativo deberíamos encontrar la vinculación interactiva de personas, docentes y alumnos, en el marco de un proyecto común; a fin de que se produzca un salto cualitativo en la apropiación de conocimientos y la posterior socialización de los mismos.
De esa forma se producirá la verdadera democratización, a través de las prácticas sociales de reflexión, participación y
solidaridad.
Por último, en un sistema de educación a distancia "serio" encontraremos el marco institucional que permita a docentes y alumnos vincularse a través de un proyecto común e interactuar entre sí y con los contenidos. Nada distinto a lo que se propone
un sistema de educación presencial.
En la educación a distancia se refuerza la libertad del alumno para organizar el diseño e involucrarse con su propio aprendizaje.
El Area de Docencia e Invetigación de Margen ha diseñado una serie de cursos para el presente ciclo 2005.
Lo hacemos con la expectativa de generar mayores posibilidades y aportar al crecimiento de nuevas formas de integración y capacitación.
Y con la decisión manifiesta de utilizar las nuevas herramientas informáticas para la construcción de un mundo mejor.
José Luis Parra
Area Docencia
e Investigación
de Margen